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Flores en el asfalto

Hay personas que duelen  de lo que alivian que matan las nubes de tormenta que apartan las aguas negras; esas con hábito de vorágines que nunca cesan. Hay personas que devuelven el brillo al alma el edén al fruto la esencia a la esencia y la enrutan y la soterran para que crezca justo así en vertical para que seas  como la flor que brota del asfalto como el pájaro que descansa en la catenaria como la pausa de paz en el bombardeo; para que seas. Hay personas que habitan  tu piel y te dejan la suya; que apartan la ciudad y, en sus escombros, te encuentran. Ojalá vivir más  en esas personas dolorosas devolvedoras, habitantes y encontrosas. Ojalá vivir más en quien ama con belleza Ojalá vivir más y que el más que viva sea con ellas. Modificación de una imagen de PhilippLE  en Pixabay Dedicado a La Tribu de los Idos, especialmente a Esther, Leyre, Sara, Karina y Buda  de ©Shathu Entayla
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Cuatro diminutas canciones resilientes para disociar la ceguera

Canciones Cuándo una canción suena a alguien ya es tarde.               -/- Resilir A veces las cosas duelen y punto. Duelen como un orgasmo.             -/- Disociación Como una pared de plástico entre mi piel y tus caricias.             -/- Ciego Evito mirarte. ¿Y si me pierdo en tu ojos y no regreso? Imagen de neymark195  en Pixabay  de ©Shathu Entayla

この金継ぎも継ぎやないです

[Este kintsugi ¹    tampoco es un parche ² ] Kono kintsugi mo tsugi yanaidesu Si rompo el jarrón y lo reparo y hago el kintsugi más precioso de todos, y con cariño hago arte escultórico del árbol muerto, y me hago cargo metalizando su interior con mi sangre; si aun así veo el jarrón que rompí aún roto el problema no es del jarrón ni de su autor. El problema son mis ojos.  (1) 金継ぎ /kintsugi/ = parche dorado. Es una técnica japonesa para arreglar roturas en cerámica con barniz con oro. (2) 継ぎ /tsugi/ = parche. Imagen generada con IA  de ©Shathu Entayla

Némesis

Me cuesta mucho hablar. Me cuesta hablar porque no me siento seguro en ninguna parte en ninguna persona  en ningún tiempo en ningún espacio. Me cuesta hablar porque no han salido las lágrimas primero. Porque reniegan de salir. Porque no saben qué zarpas tenebrosas podrían cogerlas y hacer suya la vulnerabilidad: la única coraza que tengo para mantenerme. Erguido no puedo mantenerme. No puedo. Ahora mismo  cualquier ropa aunque da calor es un refugio. La oscuridad es refugio, un refugio en el que puedo batallar por dentro en el que puedo anhelar salir de mí mismo. en el que puedo no destruir aquello que quiero porque solo estoy yo.  No hay nadie más a quién destruir.  Si destruyo a alguien es a mí. Me gustaría derretirme. Hacerme de arcilla blanca. Que mi piel acabase impregnada  en alguna baldosa que pudiese pasar desapercibida. Una baldosa sin conciencia. Inmanente. Víctima  pasiva del paso de los tiempos; de la geología y su poder. Sin sentir nada. Me gustaría no sentir nada. Me gust

El pozo

Cuando te pedí cariño me lo negaste. Y cuando me tocaste ya no quería que me tocaras. Y no entendiste. Y no entendí. Y me fui a llorar afuera buscando en la brisa fría el camino de vuelta. Cuando te pedí cariño me lo negaste. Y al rechazarme no me ofendiste no vino el fuego de la ira no sino el pozo oscuro de la tristeza que no era más  que otra sombra de la soledad. Cuando te pedí cariño me lo negaste. Al rechazarme soltaste sin querer el único dedo que tenía agarrándome al borde del pozo. Y caí dentro. Y no entendiste. Y no entendí. Y me fui a llorar fuera y a escribir para buscar en teclas frías el camino de vuelta hacia mí. Cuando te pedí cariño me lo negaste. Y ahora estoy al fondo del pozo caído aturdido pero pensando más en subir y no en caer al abismo. Ya estoy en mí. Ya me he visto. Cuando pueda levantarme desde mí estaré en mí. Para que puedas abrazarme. Un abrazo tuyo ahora caería al pozo. La luz del amor no se ve desde aquí. Y sé que no entendiste no entendí pero ya entiend

Tu forma de cuidar

Hay algo genuino  en tu forma de cuidar algo torpe e impreciso pero certero. Tu forma de cuidar aunque es experta no es entrenada. Viene de pisar la piedra tropezar la piedra y acabar puliéndola. Foto de Žaneta Mišutová en Pexels  de ©Shathu Entayla

Ojos de hogar

Es que es mirarte y sonreírme las arenas del pecho; es abrazarte y encerrarme en burbujas de afecto y medio mareado ahora mismo te escribo que te quiero tanto como me quiero contigo y que pájaros vuelan en acantilados sinuosos y que nubes corren entre las fibras del aire y que volcanes supuran el zumo de la tierra y que el tiempo acecha y también arredra pero es que no importa lo más mínimo todo eso; que, mientras, tú y yo en la cama, entre abrazos y besos y cuando el corazón llueve, desahuciamos a la pena. Entre dolor molar, mareo y el malestar que siento te siento cerca, te echo de menos y te quiero y tengo delante de mí en mi cabeza mil recuerdos de tí amándome, cuidándome, como si no hubiera tiempo y esa sensación sin tiempo me hace sentir eterno como el universo que creó el resto de universos como el din, como el nirvana, como en el firmamento encontrar siempre algo al mirarlo y que sea nuevo o embelesarse con la fija aleatoriedad del cielo. Villúcidos colores llenos de retazos má