¿Hacia dónde va la vida? Seguir sus aguas bravas mientras añoras los pueblos que cruzas. Seguir esperando el afluente correcto que te lleva a casa. El afluente que lleva a casa… No quiero navegarlo. Yo quiero cogerlo y abrazarlo como quien abraza a una sirena. Anhelo ese afluente como el agua abisal, a la nube como la luz, a la otra punta de la galaxia como la muerte, a la vida. Ese afluente será mi pueblo. Será mi vida. ¿Hacia dónde va la vida? Seguir sus aguas bravas mientras añoras los pueblos que cruzas. Seguir ganándote el pan para construir el afluente que te lleva a casa. ¿Pero cuánta vida tengo que construir para vivirla? ¿Cuánto pan he de ganar para pasar de navegar la vida y empezar a habitarla? Imagen de ArtTower en Pixabay de ©Shathu Entayla
Lo universal está mal dicho. Lo universal implica “del universo” entero con sus aristas sus excepciones en todos sus dominios. Lo universal no es tal. Lo universal lo creamos todos si lo decimos; es la manera de bailar de la loba de mil patas humanas: el bailar que le dijimos. Lo universal no es nada por querer que todo sea lo mismo. Lo universal no es sino la destilación de lo específico. Imagen de Geralt en Pixabay de ©Shathu Entayla